La COVID-19 y sus consecuencias, Marketing digital
¿Cómo será el marketing pospandemia?
Quizá sea demasiado pronto para escribir a casa, que dicen en Méjico, pero habría que pensar ya en ir preparándose para el cambio que se producirá en el mercado cuando todo termine. ¿Demasiado optimismo? Es posible, pero ¿acaso los que tenemos un negocio no necesitamos mirar al horizonte con esperanza?
Un cambio en el branding
Será el primer paso ya que si todos hemos pasado por un cambio, no parece lógico permanecer fiel a una filosofía empresarial que dejó de ser útil, precisamente, por la aparición de la pandemia. Así, resulta imprescindible renovar las ideas, presentarse de una nueva manera ante los clientes y usar términos distintos para definirse.
Un estudio detallado
Quizá la segmentación no cambie, pero sí las necesidades de los clientes. Todos estamos en crisis y es posible que no se elija tanto la máxima calidad o unas características determinadas como la utilidad. Es necesario evolucionar, ofrecer algo distinto y encargar productos a medida de lo que los clientes van a demandar.
La importancia de la personalización online
El auge de las ventas en Internet ha expandido la segmentación de muchas empresas ya que ahora compra en la red desde una persona de 15 años a una de 70. A partir de los 55, lo que se exige es que se elimine la barrera entre la tienda física, la pantalla y el cliente. A mayor personalización, trato preferencial y adaptación, más probabilidades de éxito.
Contenidos de calidad
Se espera que los contenidos le ganen la partida a las campañas de marketing directo. Eso sí, habrá que incluir términos como sostenibilidad, ecología y cuidado del planeta y de la salud. Se creará casi un nuevo vocabulario para intentar conseguir la conversión, pero habrá una importante diferencia: los clientes solicitarán acciones más concretas y no meros brindis al sol para intentar quedar bien.
La adaptabilidad
Que no el oportunismo. No hemos de caer en el error de intentar vender productos específicos que desconocemos o de ir a la caza y captura de la oportunidad comercial. Más bien, se trata de ampliar los horizontes comerciales de forma progresiva, no cerrarse a nada y hallar la fórmula perfecta para lograr que la oferta esté siempre a la altura de las necesidades del cliente.
La unión de los factores arriba indicados, y no molestar a los clientes con campañas continuas, ofrecerá un excelente resultado en el que la relación entre el comercio y el cliente no será unilateral, sino una más amistosa ya que, en el fondo, ambas partes están en el mismo barco: el de la recuperación de lo que éramos hace dos años.
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